Estados Unidos y la Unión Europea poseen dos conceptos diferentes en la sanidad animal y seguridad alimentaria, según un reportaje publicado en EUROPA AGRARIA de agosto.
Fj. Moyano• 18/08/2008 0:00:01
Al parecer, nuevamente dos modelos muy diferentes de concebir la obtención de productos animales, el estadounidense y el europeo, crean enfrentamientos dentro de la Unión Europea. Si hace algún tiempo se hablaba de “la guerra de la carne†originada por las diferencias en la autorización de promotores hormonales de crecimiento entre ambos territorios, ahora el problema se centra en el procedimiento seguido para garantizar pollos exentos de microorganismos.
A comienzos de los años 90, un informe del Buró Europeo de Asociaciones de Consumidores (BEUC) daba cuenta de que en 14 países comunitarios, entre los que se citaba a España, una cuarta parte de las muestras de pollo contenían bacterias de la Salmonella y tres de diez Campylobacter.
La situación ha cambiado radicalmente, fruto de actuaciones que tienen como base una normativa comunitaria que data de 2004.
Desde entonces en la Unión Europea estos problemas son afrontados con normas sanitarias muy estrictas que se aplican a lo largo de todo el proceso de cría, transporte, sacrificio y comercialización de las aves.
Por contraste, en Estados Unidos el mismo problema se aborda simplemente desinfectando los pollos al final de la cadena, con un tratamiento antimicrobiano, generalmente a base de cloro.
Lo que está en juego son dos concepciones diferentes de las condiciones higiénicas en la cadena de producción de pollos para el consumo humano.
El método americano
Los productores estadounidenses practican un método mucho menos costoso, que elimina de manera radical las bacterias (en particular la Salmonella) al sumergir el pollo en una solución química antimicrobiana.
Este procedimiento se enmarca en unas prácticas de control de la cadena alimentaria que han mostrado graves deficiencias en comparación con las realizadas en la Unión Europea, donde se preconizan controles higiénicos a todo lo largo de la cadena alimentaria, y no un método radical para el final…