Los mayores inversores son Corea del Sur, China, Emiratos Ãrabes y Japón
Mientras la población planetaria aumenta a un ritmo del 1 al 2% al año, la producción agrícola comienza a quedarse corta y las tierras productivas se conforman como inversiones apetecibles. No sólo para garantizar la seguridad alimentaria de los países ricos con déficit de producción, sino también para inversionistas espabilados que esperan embarcarse en una actividad lucrativa. No estamos hablando de invertir en plantaciones de soja en países como Brasil sino en un claro interés por controlar las tierras agrícolas mundiales.
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Por lo general, los alimentos son cada vez más escasos y caros en el mundo. La crisis alimentaria está empujando a los países con recursos financieros, pero con poca agua y suelos aptos para la agricultura, a comprar tierras en el extranjero. El ranking de los países más involucrados en la adquisición de tierras agrícolas en este momento está encabezado por Corea del Sur (que ha adquirido 2,3 millones de Hectáreas), seguido por China (2 millones Ha.), Emiratos Ãrabes Unidos (1,2 millones Ha.) y Japón (324.000 Ha.).
El informe publicado por la ONG Grain muestra como los países dependientes en gran medida de importaciones de alimentos están comprando vastas áreas de tierras agrícolas con objeto de aumentar su producción y tener seguridad alimentaria a largo plazo. Pero además, no son pocos los inversionistas privados atraídos por la oportunidad que hay de sacar beneficios de una inversión a tiempo en grandes superficies de tierras agrícolas.