Masaru Emoto expone sus trabajos sobre la sensibilidad del agua
El agua es sensible, tiene memoria y reacciona ante estímulos como la belleza, la armonía o los buenos sentimientos. El científico japonés Masaru Emoto visitó ayer el pabellón de Iniciativas Ciudadanas de la Expo para exponer sus teorías sobre la materia, en las que lleva trabajando 20 años.
Emoto, que reconoció que este recurso es «una materia muy misteriosa», ha desarrollado durante las últimas dos décadas una investigación en la que, a través de fotografías, ha documentado la manera en la que el agua reacciona y cristaliza tras ser sometida a distintos estímulos, como una melodía. En sus más de 15.000 vistas a través del microscopio, ha observado, por ejemplo, cómo «ante el sonido de una música dulce y agradable el agua cristaliza en formas bellas», mientras que ante una estridente «los cristales que se forman son feos e imperfectos». Del mismo modo, palabras, imágenes o actitudes repercutirían de manera clara y tangible sobre el líquido