La depuradora municipal de Castellón, situada en el Camí Fondo de la localidad, funciona en estos momentos al 100% de su capacidad. Los 45.000 metros cúbicos por día de aguas residuales que constituyen el volumen máximo de tratamiento que admite la planta son también el caudal medio que recibe en estos momentos la instalación, lo que hace necesaria su próxima ampliación.
Así lo reconocieron ayer el subdirector del área de Saneamiento y Depuración, José Claramonte, y la jefa de la planta, Mairena García, que aseguraron que el proyecto que permitirá incrementar la capacidad de la depuradora “ya está en fase de estudioâ€.
La Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) se construyó en los años 80 y ha sido sometida a diversos proyectos de ampliación y modernización en los últimos años. Dos de las iniciativas más recientes que han permitido mejorar el tratamiento de las aguas residuales en la capital de La Plana han sido la construcción de una cúpula presurizada para el depósito de digestión de fangos biológicos -los residuos finales que se generan durante el tratamiento de las aguas-, así como la puesta en marcha de un proyecto que, mediante la aplicación de ozono en dos líneas de tratamiento, ha permitido reducir tanto la producción de fangos como de las espumas que producen los microorganismos con los que se tratan los residuos. La puesta en marcha de dichas iniciativas en la estación de la capital de La Plana ha supuesto una inversión de un millón de euros.
Técnica pionera
En concreto, según explicó la jefa de la planta, “la de Castellón es la única depuradora en España en aplicar este sistema de tratamiento con ozono, que permite una mayor desinfección una vez tratada el aguaâ€. “Facsa se planteó en 2006 empezar a probar esta tecnología y se demostró que la generación de espumas se controlaba al 100%, por lo que se aplica a las dos líneas de tratamiento desde 2008 y ya se a conseguido reducir la producción de fangos biológicos en un 30%â€, agregó.
En ese sentido, el vicealcalde de Castellón, Javier Moliner, indicó que “en los últimos diez años, la capacidad de depuración se ha incrementado en un 18% hasta llegar a los casi 16 millones de metros cúbicos que se depuraron en 2008, a pesar de que la población aumentó en ese mismo periodo un 31%â€. “Esto supone que los ciudadanos son cada vez más responsables en el consumo de agua y, precisamente, su reutilización es uno de los procesos que más se han impulsado par cumplir con el ciclo integral del aguaâ€, añadió Moliner. Por su parte, el presidente de Facsa, Enrique Gimeno, aseguró que la instalación castellonense “es vanguardista al 100%†y apostó por “seguir mejorando en los tratamientos, con la ayuda de las administracionesâ€.
En cuanto a la nueva cúpula del digestor de fangos, cuyas obras comenzaron el pasado mes de septiembre, la instalación dispone de una estructura cilíndrica de 11 metros de radio con capacidad para almacenar 4.500 m³ de esta materia. Para culminar la obra, sólo falta la impermeabilización del depósito. Este proceso garantizará que el biogás generado en la digestión se pueda reutilizar para aprovechamientos energéticos.
Respecto a la reutilización de los fangos generados durante el proceso de tratamiento, tanto Mairena García como Javier Moliner indicaron que “el 100% son destinados como abono para la agricultura, mientras que las aguas tratadas se usan para riego de jardines, caudal ecológico del río y baldeo de callesâ€.