El ozono nos protege de los rayos nocivos que atraviesan la atmósfera, pero sus beneficios no se quedan aquí. Cada vez son más los problemas de salud que se pueden tratar con él, y más las nuevas aplicaciones de la ozonoterapia en investigación de enfermedades como la demencia, el sida o la artrosis. Y, según señalan algunos expertos, parece que también podría utilizarse para combatir la gripe A.
Esta terapia basada en la administración de oxígeno (O2) u ozono (O3) se está consolidando cada vez más. La capa de ozono que se encuentra en la atmósfera protege a todos los seres vivos de los rayos ultravioletas, que son nocivos para la salud. Este gas se forma a partir de descargas eléctricas en la atmósfera. Para fines médicos este gas se obtiene a partir de una bombona de oxígeno y de un generador que produce una descarga eléctrica y transforma el oxígeno en ozono.
Cuba es uno de los países donde más se han desarrollado los tratamientos con ozono, junto a Rusia, Italia y Alemania (cuna de la ozonoterapia). Según explica Carme Llagostera, experta en el tema, este tipo de procedimiento comenzó a aplicarse en Alemania en la Segunda Guerra Mundial, cuando uno de los médicos soldados se percató de que la aplicación del ozono en las heridas de guerra era eficaz para evitar las amputaciones, por sus propiedades como antiséptico, aunque su uso no se ha extendido hasta más tarde.